Llegamos el martes 26 de julio a la noche, sobre las 22:00 horas, muertos e ilusionados. La casa que tenemos nos la ofrece la Universidad y es originariamente del antropologo William Douglass, el primer director del centro de estudios vascos y actual profesor emerito. Está a menos de 10 minutos a pié de nuestro despacho y, aunque pequeña, tiene todo lo necesario: una cocina equipada donde comemos, una sala de estar con televisión por cable, dos dormitorios y un sotano lleno de trastos. Tenemos un jardín, del que no necesitamos ocuparnos - es un misterio quién activa el riego y quién adecenta el espacio- que es muy agradable. Posee un rincón con un banco corrido bajo los arboles donde no estaría mal instalar una barbacoa - ser americano exige el dominio del fuego al carbón.
Una vez instalados, y a medida que hemos ido recuperando las horas perdidas, hemos abordado los quehaceres propios de la vida cotidiana: los papeles de la seguridad social, la formalizacion del contrato e identificacion en la Universidad y, por ultimo y muy importante, la compra de un coche. Uno puede tener una casa de un millón de dólares en USA pero si no tiene coche no es nadie. No puedes ni ir a comprar, ni a por el pan, ni hacer papeles administrativos... nada; todo está a millas de tu casa y , por supuesto, no hay transporte público. La última vez que estuvimos aquí, en el 2003, le compramos el coche a Jesus Arriaga, un vizcaino de Markina que vino para escaparse de la mili en el 64 y que se quedó como pastor de ovejas en las montañas de Sierra Nevada. Es muy buen amigo de Joseba Zulaika, el director de centro, nuestro guia en estos primeros dias - alguién tiene que conducir hasta la tienda de coches usados. Nos hemos animado por un Hyundai Santa Fé del 2005, que nos ha costado un dinero, y que esperamos recuperar, por lo menos cuando lo volvamos a vender dentro de un año. Es un 4x4 magnífico, en buen estado, automático, necesario en esta tierra de arena en verano y nieve en invierno. Una vez matriculado -cada venta exige el cambio de la matrícula ya que se cambia de propietario-, y con el seguro en la guantera ya podemos ir y volver adonde queramos ¡y hacer las compras nosotros solitos! Incluso podemos aparcarlo delante de casa, pues tambien hemos conseguido el permiso correspondiente del ayuntamiento ¡No sabéis la de autonomía que hemos ganado con el coche!
Espero la foto del coche y de la barbacoa en funcionamiento, je,je...ya veo que estáis perfectamente aclimatados!!! Un beso desde la Costa Brava!!
ReplyDeleteEstic fent proves de comentaris al blog Reno 2011.
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