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Paisaje Nevada |
Nuestro viaje comienza, como es habitual en el oeste americano, con una mañana clara y soleada. Habíamos pasado los últimos días sumergidos entre papeles y obligaciones administrativas, por lo que empezar la travesía nos supone un cambio de estado laboral: comenzamos las vacaciones, miércoles 10 de agosto. Hemos previsto nuestra primera parada en Twin Falls, Idaho, a 453 millas (669,5km). Tenemos que atravesar todo Nevada hacia el Este y coger luego hacia el Norte. Toda la zona está muy deshabitada, existen muy pocos pueblos, y casi todos tienen una fuerte tradición de pastores vascos, como en Winnemucca o Elko. El paraje es desértico, y los indios del lugar son los Paiute y los Shoshone – nombres que recuerdan a las películas del oeste que veíamos de niños. Hemos cargado en el coche un cooler- una fresquera- con bebidas y comida fresca que hemos llenado de hielo – una costumbre de aquí que es mucho más eficaz que las barras de plástico congeladas que usamos en Europa. Comemos bocadillos de una pasta de aceitunas, tomates secos y anchoas -que hemos elaborado en casa- acompañada de lechuga para que le dé un crujiente estupendo. Lo malo es que se nos acaba ya para el primer día. Pasamos cerca de las montañas de Rubi cerca de Elko, aun con las cumbres nevadas, donde los ovejeros pastaban con sus rebaños. Dejamos la autopista 80, que atraviesa USA de este a oeste, para introducirnos en la 95 dirección norte hacia Idaho, y nos adentramos por cañones bajos, entre enormes bolas de gratino.
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Rubi Mountains |
Idaho se va volviendo cada vez más verde y más ganadero, en Nevada solo pastan los coyotes. El viaje se hace incómodo por la falta de hábito, que no de habitus, de los pasajeros. Se necesita algo de tiempo para que el viaje envuelva y que las horas mirando por la ventana se conviertan en una experiencia a compartir. Para cuando llegamos a Twin Falls ya lo hemos conseguido. Como nos hemos hecho socios de la triple A, un seguro de viaje que también ofrece descuentos en los hoteles, nos hemos animado a alojarnos en el Best Western, un motel que tiene un excelente aspecto;
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Twin Falls |
Los tres en una única habitación espaciosa, cómoda y barata. Cenamos en un restaurante familiar, que nada tiene que ver con lo que se entiende en Europa con familiar, es una especie de bar juvenil con mesa y asientos de escai fijos, donde se puede comer una especie de plato combinado económico. Ningún recuerdo importante que señalar del ágape.